viernes, 6 de junio de 2014

Agregando más azúcar...

Tal vez sea la menos adecuada para hablar del tema...

Yo y el Sr. J. hemos atravesado por tantos bosques y hemos recorrido caminos empedrados, oscuros y hasta fangosos que seguramente no estamos clasificados como la mejor experiencia sobre vida de pareja y esas cosas.

No puedo darles consejos ni marcar reglas o frases de ayuda, por que la verdad es que no las tengo (ojalá las tuviera). Y como mi afán tampoco es mentir, no puedo decirles que somos la pareja del año y que jamás discutimos por que para antes de acabar la frase ya tendría mi nariz más grande que la de Pinocho.

Lo único que me resta es decir es, que en efecto, resulta complicado compartir nuestra vida con alguien, sobre todo si es alguien a quien quieres y que te quiere, tal vez  por que resulta mas complicado comunicarle lo que NO te gusta de el (o ella) . Muchas veces la relación puede ir perfecta a la distancia pero el echo de tomar la decisión de vivir juntos puede afectar de manera directa e indirecta la relación.

Antes de tomar una decisión que va a afectar tu vida debes pensar muchas cosas... pero por la que menos te debes preocupar es si van a pelear, por que claro que va a suceder, una toalla en la cama, la ropa en el suelo, una canción que no querías escuchar, una comida con sal o un café aguado... o lo que sea!!! tal vez un día simplemente estés menos tolerante con el otro y entonces eso sea motivo de una grieta pero creo que es nuestra la elección de seguir junto a la persona.

Si al primer problema salimos corriendo, nunca vamos a poder madurar esos miedos. Todos los problemas a los que pueda enfrentarse una pareja van a depender de el tipo y la calidad de solución que le des.

Claro que eso me llevo tiempo aprenderlo, antes tuve que quedarme sin vajilla (jajaja). Bueno algo por el estilo, la verdad es que el Sr. J. tiene su carácter y yo el mío... que es bastante pesado, y resultaba complicado empatar las ideas y ponernos de acuerdo en algo. Con niños de por medio las cosas se complican más. La cosa se puso color de hormiga y un buen día después de muchas "tormentas" y algunos tropiezos, decidimos por la "buena de dios" llevar las cosas lo mejor que se pudiera.

No fue que de pronto una varita mágica nos tocara y nos transformáramos y la verdad es que tampoco recurrimos a las costosas terapias psicológicas (aclaro: no por que no sean buenas o no las consideráramos, más bien por cuestiones monetarias que nos ataban de manos) empezamos por hacer una especie de pacto silencioso, donde cada uno pone de su parte y trata de guardar la calma mientras escucha el punto de vista del otro. Al principio parecía no funcionar y era un caos, sin embargo al final el deseo de querer estar al lado del otro y aprender y convivir y ser parte de... nos pudo más.

Luego vino otro fase aun más difícil: teníamos que re- aprender a confiar. Habíamos callado tanto con tal de no molestar al otro que se había echo trizas la confianza, no por que tuviéramos celos o por que dudáramos del otro. No. Era algo más allá, habíamos dejado de ser quienes éramos con tal de no irrumpir en la supuesta tranquilidad y comenzamos (sin proponernos-lo, aunque igual puede funcionar si te lo propones, quizá aun mucho más) a ejercitar esa parte, empezábamos contándonos cosas del "día a día" de lo que habíamos comido o de lo que alguien nos había hecho o dicho hasta que poco a poco nos veíamos envueltos en platicas sanas y hasta divertidas en donde reconocíamos a aquellas personas que se habían quedado en el camino y que ahora corrían a alcanzarnos.

Poco a poco también ejercitamos, algunas otras cosas (aveces planeadas y otras no tanto) como los detalles, los momentos con la familia del otro... hasta las mismas palabras.

No hablo de que la cosa sea fácil y tampoco digo que eso me asegure la permanencia con el Sr. J. pero de lo que si hablo es de hacer el intento y no quedarnos tumbados a la primera, no perderte de una buena jugada solo por que el equipo contrario ya metió el primer gol.

Hablo de buscar salidas, soluciones, no solo de querer ser feliz si no de luchar por esa felicidad...

Hablo de buscar, de enfrentar y confrontar.

De cambiar, de transformar y renovar.

De no quedarte a esperar,  por que entonces podrías esperar el resto de tu vida...



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