viernes, 13 de junio de 2014

El comienzo


Antes de que la prueba diera resultado positivo, algo dentro de mi comenzaba  a alborotarse. Era una sensación extraña pero innegable. Al principio no sabia si reír o llorar, así que me quede pasmada, en estado de shock.


El Sr. J, aun no era el Sr. J y yo no era más que una chica desesperada y alucinante que vagaba en busca de "algo" que que prendiera una chispa a la vida. Lo que estaba ocurriendome sobrepasaba mi entendimiento.

Si, ser madre era una experiencia mágica, me lo habían dicho muchas personas a mi alrededor y lo había visto en muchas películas, muchas voces lo decían y por supuesto conocía y tenia a mi alrededor muchas mujeres que había experimentado eso, la mayoría de mis primas, todas mis tías y sin lugar a duda los mejores ejemplos que poseía del amor de una madre son mi hermana y el ser que me dio la vida. Aun con todo y eso no tenia ni idea!!

En medio de mi crisis, no sabia como contarle mis sospechas al Sr. J así que lo hice de la mejor forma en la que suelo hacer las cosas: loca y repentinamente. Tras una larga caminata (más que caminata, diría escalada) mientras tomábamos aire para el camino de regreso, decidí que  era el justo momento. El no podía echarse a correr y yo... tampoco (jajaja) y estábamos tan lejos de todo, que no importaba si mis sospechas eran falsas, siempre había la posibilidad de regresar a nuestro presente dejando ese escenario atrás. Si por el contrario las sospechas eran ciertas ese lugar quedaría guardado en el cajón de los bellos recuerdos.

Creo que al final me sorprendió la reacción del Sr. J. pero de igual modo me sorprendió mi propia reacción,  porque,  por lo visto una parte de mi había quedado en coma después del "shock" y la otra parte tenia miedo, así que ahora que me miro en el pasado, seguro mis palabras y mi acento y mis actos debieron ser abrumadores...

"Gracias Sr. J. por que sin ti esto no habría sido nada fácil, enfrentarme a ese miedo tan abrazador hubiera sido una total travesía. Las palabras que pronunciaste en aquel momento despertaron a la mitad de mi que estaba en coma y me hiciste reaccionar y afrontar. Gracias".

Así que como dicen por ahí: "nos fuimos dos y llegamos tres". Días después estaba leyendo POSITIVO en la prueba de embarazo... y el "futuro" Sr. J. estaba a mi lado diciendo que todo iría bien.

A partir de ahí todo cambio,  crisis nerviosas, estados de animo alterados,  sueño, hambre, estragos. El mundo en general diría que "fue un embarazo común",  yo lo calificaría como extraordinario por que mi pequeña, ya rebelde desde entonces, sabia muy bien a que venia al mundo, nunca me dio lata, decidió aferrarse a la vida y moverse a mi ritmo, mientras yo  iba, venia, cargaba, subía, bajaba, corría, me mojaba, me asoleaba... 

Mi vida seguía un ritmo "normal" sin embargo mi cuerpo comenzaba a cambiar... mi pancita comenzaba a crecer y Alondra se anunciaba: "Agarrate mamá, descansa y toma fuerza por que voy en camino y voy con todo!"

La idea de que dentro de mi había un ser humano tan indefenso y pequeñito me abrumaba, pero al mismo tiempo me hacía querer ser mejor persona, ser mejor ser, quería y quiero que sea feliz y que nunca le falte nada, que nunca le hagan daño.

Poco a poco la báscula me decía que había subido de peso y por primera vez no lo sufría, lo gozaba, por que significaba que mi bebe estaba bien, que estaba sana y que llegaría pronto a mis brazos. Es increíble por que me doy cuenta que no es que fuera a ser mamá, en realidad ya lo era. Mi corazón, mi mente y mi ser estaban enfocados en ella, aunque aun no conociera su rostro.

El Sr. J no se quedaba atrás por que gozaba con la espera, pasaban ratos increíbles comunicandose apenas separados por mi  piel y ya desde entonces se amaron. Hoy uno sin el otro es impensable, han formado su propia alianza y aunque he de confesar que en ocasiones me siento excluida, me fascina verlos compartir ese "no se que"  que lleva formandose desde antes que ella fuera más pequeña que la cabeza de un alfiler... (creo que el ya la quería aun antes de enterarnos que vendría) 

Era ya un echo: formaríamos una familia... 





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